La selección del emplazamiento en el que se van a desarrollar las operaciones de la empresa es una decisión de gran importancia. Aunque, como ya hemos apuntado, se trate generalmente de una decisión infrecuente, la significación de su impacto y las implicaciones que se derivan de ella justifican una atención y consideración adecuada por parte de la Dirección. Además, el carácter infrecuente hace que muchos directivos no estén habituados a afrontar este tipo de cuestiones (muchos de ellos no lo han hecho nunca o acaso una sola vez a lo largo de su carrera). y las interrelaciones con otras decisiones, ya de por sí complejas dificultan la comprensión de la verdadera importancia que tienen. Esta importancia viene justificada por dos razones principales. En primer lugar las decisiones de localización de instalaciones entrañan una inmovilización considerable de recursos financieros a largo plazo, pues las instalaciones son generalmente costosas, sobre todo si se trata de sofisticadas plantas de fabricación. Una vez construidas la inversión efectuada no es recuperable sin sufrir graves perjuicios económicos (algunos de los costes en que se incurre no son realizables), y ello además del tiempo y el esfuerzo empleados. Por tanto, se trata de una decisión rígida que compromete a la empresa durante un largo periodo de tiempo; no obstante, en algunos casos., la firma puede optar por instalaciones menos costosas o por alquilarlas, lo cual permite restar rigidez a esta decisión.
En segundo lugar, son decisiones que afectan a la capacidad competitiva de la empresa; así, una buena elección favorecerá el desarrollo de las operaciones de forma eficiente y competitiva, mientras que una incorrecta impondrá considerables limitaciones a las mismas. Todas las áreas de la empresa pueden verse afectadas por la localización, no sólo el área de Operaciones, sino también la función Comercial, la de Personal, la Financiera, etc. Por otro lado, hay que tener presente que las consecuencias negativas de una mala localización no resultan siempre evidentes, pues suelen manifestarse en forma de costes de oportunidad por tanto, no vienen recogidas en los informes tradicionales de las empresa. La influencia de la localización sobre la competitividad no sólo procede de su influencia sobre los costes, sino también sobre los ingresos de la empresa. Es evidente que, para las empresas de servicios, la proximidad a los mercados es crítica para determinar la capacidad de atraer clientes, en cambio en empresas fabriles, la localización de las instalaciones en relación con el mercado influye sobre el tiempo de entrega de los productos y el nivel de servicio a consumidores, lo cual afecta a su vez al volumen de ventas. Por lo que respecta a los costes, la localización puede influir en una gran diversidad de ellos (sirve como ejemplo, los derivados de los terrenos, de la mano de obra, de las materias primas o los de distribución y transporte).
LAS DECISIONES DE LOCALIZACIÓN: SUS CAUSAS Y SUS TIPOS En general, las decisiones de localización podrían catalogarse de infrecuentes; de hecho algunas empresas sólo la toman una vez en su historia. La frecuencia con que se presenta este tipo de problemas depende de varios factores, entre ellos podemos citar el tipo de instalaciones (es mucho más común en las tiendas o puntos de venta que en fábricas) o el tipo de empresa (las de servicios suelen necesitar más instalaciones que las industriales). Entre las diversas causas que originan problemas ligados a la localización, podríamos citar:
Un mercado en expansión, que requerirá añadir nueva capacidad, la cual habrá que localizar, bien ampliando las instalaciones ya existentes en un emplazamiento determinado, bien creando una nueva en algún otro sitio.
La introducción de nuevos productos o servicios, que conlleva una problemática análoga.
Una contracción de la demanda, que puede requerir el cierre de instalaciones y/o la reubicación de las operaciones. Otro tanto sucede cuando se producen cambios en la localización de la demanda.
El agotamiento de las fuentes de abastecimiento de materias primas también puede ser causa de la relocalización de las operaciones
La obsolescencia de una planta de fabricación por el transcurso del tiempo o por la aparición de nuevas tecnologías, que se traduce a menudo en la creación de una nueva planta más moderna en algún otro lugar.
La presión de la competencia, que, para aumentar el nivel de servicio ofrecido, puede llevar a la creación de más instalaciones o a la relocalización de algunas existentes.
Cambios en otros recursos, como la mano de obra o los componentes subcontratados, o en las condiciones políticas o económicas de una región son otras posibles causas de relocalización.
Las fusiones y adquisiciones entre empresas pueden hacer que algunas resulten redundantes o queden mal ubicadas con respecto a las demás.
Y por último...
En este tema pudimos ver que la localización de nuestra empresa es uno de los temas más importantes ya que tendrá una gran influencia para la productividad que deseemos. Debemos saber ubicar una empresa en algún lugar estratégico, todo esto dependiendo de las cosas a las que deseamos estar cerca, por ejemplo ubicarlo cerca de nuestros proveedores, de nuestros clientes, de la materia prima que utilizamos, etc. por ejemplo si es un restaurante, debemos de situarlo en un lugar donde haya mayor demanda por nuestros clientes potenciales, por otro lado si somos una fabrica de enlatado de salsa de tomate, debemos de estar cerca de nuestra materia prima que seria un huerto de tomates, esto para que los gastos de transportación no sean demasiados caros. De igual manera tenemos el diseño de las mismas, una vez ubicado el lugar donde deseamos estar, es necesario saber donde ubicaremos cada departamento o área de nuestra empresa, ya que si hacemos una mala distribución de los espacios disponibles, es posible que en futuro tengamos problemas y atrasos en nuestra productividad y no logremos alcanzar los objetivos planteados.